lunes, 28 de febrero de 2011

DOS AÑOS.


Amistades mías:
Reciban mis más efusivos saludos y mis mejores deseos.

Hace dos años inicie la “aventura” de tener una bitácora (blog) propia, espacio en el que me he permitido hablarles de algunos de mis intereses y preocupaciones.
Esta “aventura” no ha sido siempre venturosa, pues he de confesar que mantener el ritmo de una entrega por semana, en forma ininterrumpida, resultó, en muchos momentos, bastante estresante. Aún así, el placer de escribirles siempre ha sido mayor.
Sé que en relación a las entregas he tenido muchos altibajos, pero que les quede claro que siempre he dado lo mejor de mí, en esta tarea de compartir con ustedes la información que manejo, las opiniones que tengo y, sobre todo, las ganas de compartir con vosotros este espacio.
Ahora, dado que son dos años sin tregua, me tomare algún tiempo de reflexión, con la intención de volver recargado a las andadas.
Para no cansarlos con mis monsergas, les dejo una compilación de algunas de las que yo considero mis mejores entregas, disfrútenlas:

Lunes 23 de marzo del 2009: VIAJE A TRAVÉS DE LOS SEXOS.

Lunes 27 de abril del 2009: SOBRE EL RELATIVISMO.

Sábado 16 de mayo del 2009: GÉNERO Y PAREJA.

Lunes 15 de junio del 2009: MORIR.

Domingo 12 de julio del 2009: ¿RESPETO O TOLERANCIA?

Lunes 17 de agosto del 2009: LA ABOLICIÓN DEL MATRIMONIO.

Lunes 31 de agosto del 2009: LAS OPINIONES NO SE RESPETAN.

Lunes 19 de octubre del 2009: LA PRÁCTICA SEXUAL.

Lunes 16 de noviembre del 2009: EL AMOR EN OCCIDENTE.

Lunes 8 de febrero del 2010: VARIACIONES DEL CUERPO.

Lunes 22 de marzo del 2010: LA LÍNEA DE LA BELLEZA.

Lunes 29 de marzo del 2010: MITOLOGÍA CRISTIANA.

Jueves 15 de julio del 2010: DE LIBERALES Y NEOLIBERALES.

Viernes 23 de Julio del 2010: DE SOCIALISTAS Y PSEUDO SOCIALISTAS (O SOCIALISTOIDES).

Lunes 23 de agosto del 2010: EL PRIMER MOVIMIENTO HOMOSEXUAL.

Lunes 6 de setiembre del 2010: DIVERSIDADES DE GÉNERO.

Martes 12 de octubre del 2010: BREVE HISTORIA DEL MOVIMIENTO LÉSBICO.

Martes 26 de octubre del 2010: DIVERSIDADES FAMILIARES.

Martes 1 de febrero del 2011: ORIGEN HISTÓRICO Y SOCIAL DE LA FAMILIA OCCIDENTAL.

Martes 22 de febrero del 2011: JUVENTUDES ENDIOSADAS.

Se despide, por un tiempo, su amigo uranista.

Ho.

martes, 22 de febrero de 2011

JUVENTUDES ENDIOSADAS.


Queridas amistades:
Reciban mis saludos y mis mejores deseos.

A raíz de las revueltas que se están dando en el norte de África, me encontré (una vez más) con varios artículos que exaltaban a la juventud (a razón de que un sector importante de la población que se rebelaba contra sus gobiernos tiránicos, eran, en números más que notable, jóvenes).
Más la exaltación a la juventud difícilmente obedece, a que este grupo etáreo sea, por si mismo, excepcional o a que sus meritos merezcan particular encomio.
Claro está que son innegables los aportes y el protegonismo   de la juventud en las sociedades contemporáneas (principalmente en occidente), así, dicho protagonismo tuvo su pico más alto en la “rebelión generacional” de 1968 (pero una cosa es reconocer esos aportes y protagonismos y otra cosa es glorificarlos y/o endiosarlos).
Si del protagonismo juvenil se trata, este no se sostiene en algún rol social, que aquel grupo etáreo haya producido por sí mismo, sino, más bien, en un papel construido y asignado por el propio sistema (que luego las juventudes se empoderaran de su rol y lo transformaran, es otro cantar).
En consonancia, la fase juvenil fue un invento de la capitalista sociedad industrial, fase que se formo, progresivamente, a partir de la creación de sendas instituciones (la educación secundaria y superior, el servicio militar obligatorio, diversas asociaciones civiles, el mercado del “ocio”, etc.).


Pero de todas las instancias sociales que acogieron el recientemente inventado grupo etário juvenil, ninguno se beneficio tanto como el mercado del consumismo capitalista.
Dicho mercado capitalista extendió su influencia en la sociedad, poniendo a disposición de las juventudes, no solo crecientes posibilidades formativas (entre las que destacan las promovidas por negocios de educación privada), sino, también, una vasta serie de bienes y espacios de consumo (bienes y espacios ofertados por empresas comerciales capitalistas).
De todo aquello fue emergiendo, paulatinamente, una nueva “cultura juvenil”. Ciertamente esta “cultura juvenil” doto a las juventudes de cierta conciencia sobre su particularidad y ello, conllevó, inevitablemente, a que muchas y muchos jóvenes se empoderaran de su estatus “privilegiado” (e, innegablemente, dicho empoderamiento devendría, con el tiempo, en una cultura política juvenil).
Sin embargo, no se puede negar tampoco, que fue el sistema burgués capitalista, quien dio pie a que emerja dicha “cultura juvenil” y que, además, permita su existencia.
Fuera de la capitalista sociedad industrial, ninguna otra sociedad o cultura del orbe práctico algo similar a la exaltación o al endiosamiento de la juventud y ni siquiera tuvieron algo que se aproximara, de algún modo, a una “cultura juvenil”.
Más aún, si de privilegiar un periodo etáreo se trataba, en todas las sociedades agrarias era la adultez e incluso la ancianidad, la etapa etérea considerada como principal (anótese que en estas sociedades se pasaba directamente de ser menor de edad a ser mayor o adulto).
Esta principalía de la adultez o la ancianidad no era gratuita, pues en las sociedades agrarias las economías se sustentaban en la acumulación de saberes y conocimientos, acumulación que solo se obtenía con la experiencia aprendida a lo largo de toda la vida (verbigracia, el aprendizaje de las épocas más propicias para la siembra, la cosecha, etc.).
Con el establecimiento de la capitalista sociedad industrial, también hubo razones económicas para privilegiar al grupo etáreo juvenil.
Si la capitalista sociedad industrial se decanto por el sector juvenil de la población, fue porque, entre otras cosas, este le resultaba más maleable y resistente que el resto de la explotación. Al respecto, durante el siglo XIX, entre las muchas cosas que pueden ser tomadas en cuenta, se tiene que la producción industrial, además de altamente tecnificada, era básicamente pesada, mientras que las clases proletarias, además de trabajar sin ningún tipo de beneficios, cumplía con jornadas laborales de 16 y hasta 18 horas diarias (inclusive hoy las juventudes demuestran mayor capacidad de aprendizaje y adaptación a la tecnología y resultan más resistentes al trabajo pesado que la población adulta y, sobre todo, la anciana).
Queda claro entonces, que bajo la capitalista sociedad burguesa, hay razones sociales y económicas para “privilegiar” al grupo etáreo juvenil, situación que fue justificada por la intelectualidad burguesa al servicio del sistema capitalista (inclusive la exaltación de la juventud llegó a calar en filósofos críticos del sistema, de la talla de Sartre, Marcuse, etc.).


En el presente, lo que resulta prácticamente desconcertante, es que desde sectores aparentemente progresistas y contestatarios también se exalta a la juventud a niveles de endiosamiento.
Verdaderamente no existen razones objetivas, para elevar a un grupo humano por encima de otro. Eso es sencillamente discriminación.
Privilegiar a la juventud a razón de sus capacidades particulares, no resulta distinto a privilegiar a una determinada clase social por tener mayor poder económico, a ensalzar a una determinada raza por su apariencia física, a encumbrar un determinado sexo por su mayor fuerza física, a imponer una determinada preferencia sexual por su capacidad reproductiva, etc.
La exaltación o endiosamiento de la juventud no es sino una expresión más del sistema de poder y de dominación patriarcal y burgués. Por lo tanto, la exaltación o el endiosamiento de la juventud de ninguna manera equivale a ser progresista o contestatario.
Exalta o endiosar a la juventud es solo una nueva forma de discriminación, que privilegia a un grupo etáreo en particular por encima de otros grupos sociales basados en la edad (indudablemente la forma más acabada de esta nueva forma de discriminación, se manifiesta a través de los elevados niveles de negativización y marginación, a los que se viene sometiendo al grupo etáreo ancianil).

Se despide su amigo uranista.

Ho.

Imágenes.
1. Imagen tomada de: chtjugtmadrid.es
2. Foto tomada de: infopaci.com.ar

miércoles, 16 de febrero de 2011

EL CONSERVADURISMO, LO NATURAL Y LO NORMAL.


Queridas amistades:
Reciban mis saludos y parabienes.

En cualquier realidad histórica y social del mundo, se pueden encontrar sectores sociales resistentes a los cambios y transformaciones de la sociedad.
Esta resistencia se manifiesta de diversas formas en cada sociedad y cultura. Así en occidente, esta resistencia, que tiene sus características singulares y particulares, es conocida como conservadurismo, que, entre otras cosas, es una corriente social que cuenta con planteamientos específicos, como el de conservar el statu quo imperante o el de promover dicho conservacionismo.

Este conservadurismo, que se manifiesta tanto a nivel colectivo como individual, implica que tanto las personas conservadoras como los grupos conservadores asuman que sus particulares situaciones y circunstancias sociales sean válidas y legítimas para todo el mundo.
Ciertamente no es un problema que el conservadurismo asuma sus particulares situaciones y circunstancias sociales como válidas y legítimas. El problema radica en que se considere que todo el mundo se pueda plegar, sin ningún tipo de problemas, a las preferencias, opciones y estilos de vida promovidos por el conservadurismo.
Tanto las personas conservadoras como los grupos conservadores, directa o indirectamente no conciben que haya individuos o grupos sociales que no puedan o no quieran asumir como propias las preferencias, opciones y estilos de vida promovidos por las y los conservadores.
La lógica a la que responde esta concepción es bastante chata y simplista: si las preferencias, opciones y estilos de vida conservadores son válidos y legítimos, es imposible que, de uno u otro modo, las personas o sus colectivos no puedan asumirlos como propios.
Sin embargo la propia realidad, a través de su vasta diversidad social y cultural, se encarga de demostrar que la concepción conservadora no solo no se practica, sino que, además, su práctica es realmente inviable. Así, la existencia y persistencia en el tiempo de una gran variedad de manifestaciones humanas y sociales, dentro de la mismísima sociedad occidental, prueba, contundentemente, que la pretensión conservadora de uniformizar las preferencias, opciones y estilos de vida, no se ha logrado (a pesar de los muchos intentos que se hicieron en ese sentido) y nunca se podría conseguir.
Obviamente el conservadurismo, que no reconoce la valides y legitimidad de las diversidades, busca imponerse siguiendo diversas estrategias.
Una de ellas es la apropiación de ciertos criterios sociales, que permiten reforzar sus posiciones de poder. Dentro de esos criterios sociales que el conservadurismo hace propios se encuentran el de lo natural (de antiguo origen religioso) y el de lo normal (de origen matemático estadístico).
De dichos criterios sociales, que se encuentran bastante extendidos en la sociedad occidental, se vale el conservadurismo para validar, legitimar y universalizar sus particulares preferencias, opciones y estilos de vida.
Cabe precisar que la mencionada extensión del uso de los criterios de lo natural y lo normal, se refiere a que ellos no son privativos del conservadurismo, pues los criterios de lo natural y lo normal son utilizados por diversos grupos sociales, aunque no siempre con el mismo sentido.

Así, el criterio de lo natural es usado por grupos religiosos (los cristianos), políticos (los liberales) o científicos (los naturalistas), mientras que el criterio de lo normal es usado por grupos científicos (matemático estadísticos), pseudocientíficos (pseudocientíficos sociales) o populares.
Ahora, si la diversidad de usos de los criterios de lo natural y lo normal no es un problema para el conservadurismo, es porque al no fijarse una definición clara de tales criterios, las y los conservadores manipulan los diversos sentidos de acuerdo a sus intereses.
Al respecto, cuando el conservadurismo usa el criterio de lo natural en relación a la familia, se aproxima al sentido liberal del término (familia natural = derecho natural) y si se refieren a la diversidad sexual, se aproximan al sentido naturalista (sexualidad natural = mundo natural). En cuanto al uso del criterio de lo normal, el conservadurismo, en relación a las preferencias, opciones y estilos de vida conservadores, se aproxima al sentido popular.
Y si del pasado se trata, los criterios de lo natural y lo normal, no han permanecido inmutables a lo largo de toda la historia de occidente.
Así, lo natural, para la sociedad romana esclavista, estuvo relacionado con lo moral y lo filosófico, para la sociedad feudal europea era equivalente a lo sagrado y para la sociedad burguesa decimonónica era lo propio de la naturaleza. Para la sociedad cristiana medieval, lo natural era lo establecido por el dios cristiano, mientras que para la sociedad burguesa, lo natural es lo originado en la naturaleza. Para el discurso científico decimonónico, lo natural definió una esencia, que, se supone, caracterizaba a todo ser o cosa.
Por su parte, el criterio de lo normal, fue asumido por la sociedad euroccidental decimonónica como un criterio social que fungía de instrumento de control de lo que se consideraba como válido o inválido, legítimo o ilegítimo. Dicha situación derivo, finalmente, en una obsesión social por lo normal, por lo que se considerara socialmente como normal.
Con anterioridad al siglo XIX, ninguna sociedad o cultura manifestó dicha obsesión, más aún, en sociedades de castas o de estamentos o en sociedades panteístas, donde, si bien los grupos sociales eran cerrados y inamovibles, no había mayor preocupación por lo normal, ya que al interior de una misma sociedad coexistían múltiples y diversos modelos sociales.

Dicho criterio de lo normal tampoco ha permanecido inamovible e inmutable a través del tiempo, así, en los estudios científico sociales pioneros, en un primer momento, lo normal refrendó, acríticamente, lo registrado por las y los estudiosos e investigadores en general.
Posteriormente, en un segundo momento, ante el reconocimiento y validación, de una gran variedad de prácticas humanas y sociales, claramente distinguibles de las practicadas por los occidentales, las y los estudiosos e investigadores en general tuvieron que extender y ampliar, los parámetros de aquello que consideraban como normal, por lo que tendieron a “normalizar”, hasta cierto punto, la diversa variedad de prácticas socioculturales (distintas a las burguesas y occidentales).
Para finalizar, lo natural y lo normal, en tanto criterios sociales, obedecen a una lógica binaria de inclusión/exclusión, donde lo socialmente válido y legítimo es lo natural y lo normal, mientras que lo inválido y lo ilegítimo es lo antinatural o contranatural y lo anormal. Necesariamente estos criterios incluyen y excluyen, pues si algo es natural y normal, hay otro algo que es antinatural o contranatural y anormal.
El mayor problema radica en que, es el conservadurismo el que refrenda, valida y legitima tales criterios sociales (el de lo natural y el de lo normal). Al margen del conservadurismo, es improbable que el uso de tales criterios sociales, en relación a las diversidades humanas y sociales, no generen, indefectiblemente, exclusión social. Por esta razón, hace ya un buen tiempo, se han excluido tanto de la política (por lo menos de la progresista), como de las ciencias sociales (por lo menos de sus sectores más serios), los criterios de lo natural y lo normal.

Se despide su amigo uranista.

Ho.

Imágenes.
1. Foto tomada de: crumiller.com
2. Foto tomada de: torrevieja.com
3. Imagen tomada de: sid-garden.blogspot.com

jueves, 10 de febrero de 2011

EL AMOR NO DISCRIMINA.


Queridas amistades:
Reciban mis saludos y mis mejores deseos.

En el Perú, desde el 2003, se celebra una acción pública y política, organizada por un colectivo de lesbianas, gueis, bisexuales y transgéneros, la Red Peruana TLGB, en el día del amor y la amistad, el 14 de febrero: la acción conocida como “EL AMOR NO DISCRIMINA”.
El uso de la fecha 14 de febrero no es gratuito, pues el activismo LGBT utiliza una celebración posicionada por las empresas comerciales, para resignificarla y apropiarse de ella. Así, el amor toma una nueva dimensión y deja de ser mercantilista y exclusivamente heterosexual, para convertirse en subversivo, en diverso, en universal, en humano.


En este día, además de reivindicarse el respeto a las diversas formas de amar y expresar afectividad, se incide en el derecho de cada persona, con independencia a su preferencia sexual y/o genérica, a mostrar en público sus afectos, sin ser sujeta de discriminación y/o violencia.
Esta actividad, “EL AMOR NO DISCRIMINA”, lleva al ámbito público, demostraciones afectivas que se supone, según la mirada conservadora de la sociedad occidental, son parte del ámbito privado (demostraciones afectivas como tomarse las manos, abrazarse, acariciarse o besarse). Por lo tanto, “EL AMOR NO DISCRIMINA” tienen por objetivo principal, que las demostraciones afectivas diversas (condenadas, por la discriminación y la marginación, a la invisibilización y la ignominia), sean reposicionadas en un espacio donde pueda reconocérselas en plan de igualdad con las demostraciones afectivas heterosexuales (que de paso son claramente públicas y notorias).
Este reposicionamiento de los afectos en el ámbito público adquiere, así, un cariz político, pues al ser la población lésbica, guei, bisexual y transgénero discriminada y marginada, se ve “expulsada” de los espacios públicos y su vida se ve escindida entre lo que muestra en público (una apariencia heterosexual) y quien es en privado (una persona lesbiana, guei, bisexual o transgénero).

La apropiación del espacio público visibiliza a lesbianas, gueis, bisexuales y transgéneros, mientras que las demostraciones públicas de sus afectos, cohesionan e integran sus vidas como una unidad, un todo. En consecuencia, tanto el empoderamiento del espacio público, como el accionar e interaccionar en ese mismo espacio, conjuntamente convierten a lesbianas, gueis, bisexuales y transgéneros en actores sociales.
Como actores sociales, las personas lesbianas, gueis, bisexuales y transgéneros se empoderan de su ciudadanía, todo lo cual tiene un marcado sentido político, pues el ejercicio de la ciudadanía no es otra cosa que un ejercicio politico.
Para más, la acción pública y política del amor no discrimina ha venido ganando relieve con los años, al grado de convertirse en una actividad representativa de la población LGBT no solo limeña, sino también nacional. Su relevancia ha llamado la atención tanto de la prensa como de la televisión. Al respecto, en la prensa escrita, pasó de ser una nota marginal en pasquines populares a ser noticia importante en los principales diarios del país y en televisión, pasó de ser una mención curiosa y anecdótica, a ser objeto de sendos reportajes en los noticieros y programas dominicales.
En este año, atendiendo al contexto politico electoral actual (en el que varios grupos políticos en carrera a la presidencia y al congresos han ofrecido uniones civiles y hasta matrimonios a la población LGBT), “EL AMOR NO DISCRIMINA” se centra en una boda simbólica colectiva, que repite la experiencia del año anterior y que apunta a la reivindicación del derecho que tienen todas las personas, con preferencias sexuales y genéricas no heterosexuales, de acceder a una figura jurídica que legitime sus uniones afectivo sexuales.


La particularidad de la boda simbólica de este año, es que dicha acción pública y política se ha descentralizado, ya que se celebra, en simultáneo, en dos ciudades del país, a saber: Iquitos y Lima (ciudad última donde además, se contara, por primera vez, con el acompañamiento de la máxima autoridad de la capital, la alcaldesa en funciones Susana Villaran).
Participemos todas y todos, lesbianas, gueis, bisexuales, transgéneros y demás diversidades sexuales y genéricas, en esta gran acción pública y política, acompañemos esta festiva celebración y sintámosla nuestra. Se les espera el 14 de febrero en Lima, en el parque del amor a las 6 de la tarde y en Iquitos, en el Boulevard - Malecón Tarapacá a las 5 de la tarde.

Se despide su amigo uranista.

Ho.

Imágenes.
1. Afiche de "CHERL”, agrupación de la Red Peruana TLGB.
2. Logo de la Red Peruana TLGB. Tomado de: redperuanatlgb.org
2. Afiche de la Red Peruana TLGB para la actividad en Lima.

martes, 1 de febrero de 2011

ORIGEN HISTÓRICO Y SOCIAL DE LA FAMILIA OCCIDENTAL.


Amistades mías:
Les saludo y les envió mis mejores deseos.

De tiempo en tiempo se escucha hablar a los grupos conservadores (encabezados por las iglesias cristianas) acerca de la defensa de la familia. En dicha defensa se arguye que la familia (lo que el conservadurismo considera como familia), es de origen natural, es decir, que su origen se halla en la naturaleza (en el extremo, las iglesias cristianas le agregan in origen divino). En tal caso, siendo natural (y divina) la familia deviene en intocable e inmutable.


Sin embargo, un simple acercamiento comparativo con otras sociedades y culturas y con otras épocas de la historia, echa por tierra esos endebles postulados, pues el acercamiento a otras sociedades y culturas y a otras épocas de la historia nos lleva a encontrar que los modelos familiares varían sustancialmente y, más aún, varia también aquello que se considera como familia (la noción de familia).
Siendo así, y para salvar puentes ante la mencionada diversidad, se define aquí como familia a una unidad de convivencia humana.
En este marco referencial, se encuentra que lo que en occidente se considera como familia tradicional, es, a todas luces, un modelo social que no tiene parangón en la naturaleza.
Al respecto, mientras el modelo de familia tradicional o hegemónica en occidente es el nuclear, por limitarse sus miembros a un mínimo básico (un padre, una madre, un hijo y/o una hija); en la naturaleza, los animales mamíferos o viven en manadas o viven en solitario (y el tipo nuclear es inexistente).
Históricamente, el modelo predominante de familia, en casi todas las sociedades premodernas y agrarias, ha sido (y aún es) el extenso., es decir, un grupo conformado por varios miembros con diversos grados de parentesco (desde el punto de vista occidental, abuelas y abuelos, tías y tíos, primas y primos, sobrinas y sobrinos, etc.).
Ahora, dentro del modelo familiar extenso se puede considerar varios subtipos, ya que las formas de organización familiar han sido, indudablemente, innumerables.
Así, mientras que en occidente el vínculo parental principal es la relación de alianza (el matrimonio), en otras sociedades y culturas el vínculo principal fue la relación de filiación y, en ciertos casos, la de fraternidad. Y si de casamientos se trata, se encuentran no solo monogamias, sino, también, poligamias, poliandrias, etc. Por su parte, si de filiación se trata, se hayan familias, patrilineales, matrilineales, con ambas líneas de descendencia, etc.
En consecuencia, la generalización de un único modelo familiar, ignora, por completo, que toda familia tiene un origen estrictamente histórico y cultural.
En el caso de la familia nuclear, esta agrupación surge, tal como la conocemos en el presente, a consecuencia de las transformaciones socioculturales acaecidas, en occidente, en los últimos tres siglos (esto en gran medida implica, que si bien en el pasado, especialmente en la época medieval europea, existieron tipos familiares parecidos o similares al nuclear, estos no se correspondían ni con las estructuras sociales, ni con las circunstancias históricas, propias del modelo de familia nuclear occidental).
Es recién a partir de la segunda mitad del siglo XIX, que se asienta, definitivamente, el modelo de familia nuclear que, en el presente, rige, hegemónicamente, en la sociedad occidental (todo esto conlleva, al hecho histórico y cultural de que en una misma sociedad, en una misma cultura, pueden convivir, conjuntamente, distintos modelos de familia, aunque solamente uno de ellos es el que se erige como modelo hegemónico).
Para el siglo XIX, en occidente, se acentúa un trascendente proceso de cambios sociales y económicos (iniciados en Inglaterra, en el siglo XVIII), conocidos como “Revolución Industrial”.
Dichos cambios se caracterizaron, por el desarrollo equilibrado y conjunto de algunas economías occidentales, en sus distintos ramos: el industrial (agricultura, textilería, siderurgia), el comercial y el financiero.
Ello coincidió, en parte, con un incremento demográfico en el occidente europeo, resultado de la reducción de las tasas de mortalidad, del crecimiento de la producción agrícola y ganadera, de la mejora en los niveles de vida y a cierto progreso económico bastante extendido en occidente.
La articulación de este crecimiento económico y humano, se produjo a través de la concentración, paulatina y continua, de la economía, en ciudades que fungieron de grandes centros industriales, comerciales y financieros, los cuales se convirtieron, prontamente, en polos de atracción migratoria para una gran cantidad poblacional, proveniente del campo y de otras ciudades menores (e incluso de otros países).
El notable crecimiento de estos centros económicos (industriales, comerciales y financieros), atrajo a un número cada vez mayor de pobladores, pues migrar a tales lugares, suponía la posibilidad, o la esperanza, de mejorar las previas condiciones de vida.
Más el desarraigo consecuente, rompió con los antiguos y tradicionales vínculos sociales y familiares. Miles y miles de personas, de diversas clases sociales, se encontraron solas, en medio de aquellos grandes centros económicos, lejos de sus familias y sus terruños, teniendo que rehacer, prácticamente de la nada, sus vidas.
Para reorganizar su existencia nueva, en los mencionados centros económicos (industriales, comerciales y financieros), los migrantes recurrieron a aquellos referentes tradicionales, que, en su nueva situación, aún les eran viables (matrimonio, descendencia, etc.), estableciendo, así, vínculos familiares acordes con sus nuevas posibilidades sociales y económicas.


Aquí es que recién el matrimonio, se torna la relación fundacional de la familia, ya que dicho unidad de convivencia se iniciaba tras el matrimonio de dos migrantes desclasados (antes de la revolución industrial, en la Europa feudal, el principal vinculo familiar había sido el de la filiación).
Aparecíó, así, una nueva agrupación familiar, la conformada, únicamente, por un matrimonio y su descendencia inmediata (hijas y/o hijos), la familia nuclear característica de las sociedades industrializadas de occidente.
Se deduce, entonces, que no solo el modelo familiar nuclear, difícilmente puede ser atribuido a otras realidades sociales, económicas e históricas, sino que, además, no es, de ningún modo, natural o divino (como pretenden hacernos creer los grupos conservadores y las iglesias cristianas).

Se despide su amigo uranista.

Ho.

Imágenes.
1. Imagen tomada de: scn.org
2. Imagen tomada de: encantadablog.blogspot.com