miércoles, 28 de julio de 2010

CUESTIONES NACIONALES Y PATRIÓTICAS.


Amistades mías:
Les deseo muy felices fiestas patrias.

Hace tiempo, una empresa peruana de insecticidas lanzo una serie de reclames televisivos, hablando sobre las bondades de su producto. En uno de esos reclames, se mostraba a la mascota de la marca, una ranita, ataviada de charra mexicana.
Coincidentemente, en esos momentos arreciaba en el Perú, una ola nacionalista y patriótica de reivindicación y revaloración de lo peruano. Y si bien esta ola de peruanidad no ataco a la marca de insecticidas, la empresa de insecticidas lanzó un nuevo reclame, en el que se posicionaba como una marca netamente peruana.
Lo curioso del asunto es que la empresa de insecticidas, no tuvo mejor idea que mostrar a la mascota de la marca, la bendita ranita, vestida como soldada y marchando como militar. Es decir, que a la empresa peruana de insecticidas, y de paso a la empresa de publicidad, no se les ocurrió otra imagen de peruanidad, que no tuviera relación con lo militar.
Hago hincapié a esta anécdota, debido a que en el Perú, las celebraciones de fiestas patrias, hasta la fecha, tienen un cariz militarizado que no se condice con el carácter civil, que debiera tener cualquier estado que se precie de democrático.


Las ceremonias oficiales de fiestas patrias en el Perú, se dan entre escoltas y saludos militares. Hay, también, un desfile militar en el que, si bien participan algunos civiles (incluso hay un desfile escolar militarizado), lo hacen ordenados y/o marchando como si trataran de ser militares.
A ello sumémosle que nuestros principales héroes nacionales, son, igualmente, militares (Grau, Bolognesi, Quiñones, etc.) y si no lo son, tuvieron que ver en hechos de armas (Túpac Amaru, Pumacahua, Olaya, etc.). Incluso las principales heroínas nacionales están también vinculadas, de uno u otro modo, a asuntos de guerras (Micaela Bastidas, María Parado de Bellido, Antonia Moreno de Cáceres, etc.).
La cuestión alcanza ribetes de espanto, cuando caemos en cuenta que la mayoría de las y los héroes del país, han sido muertos en guerra y, mayormente, han sido vencidos. En tal sentido, no se salvan ni los “héroes” más recientes, como Enrique López Albujar, María Elena Moyano, Juan Valer Sandoval, etc., que fueron muertos en la guerra contra el terrorismo (si me pusiera freudiano diría que la idiosincrasia peruana tiene un regusto morboso por lo tanático).
En suma, carecemos, prácticamente, de referentes civiles y “vencedores”, lo cual explicaría, en parte, nuestra carencia de ritos y ceremonias civiles para celebrar no solo fiestas patrias, sino, también, cualquier fiesta cívica.
Las pocas ceremonias civiles oficiales de importancia, tienen que ver con las autoridades gubernamentales (como el mensaje presidencial en el congreso) y el Te Deum. Sobre esta última ceremonia, la misa de acción de gracias de la iglesia católica (Te Deum), resulta bastante insólita, en un estado donde, se supone, hay separación de la iglesia y el estado. Más aún, resulta bastante curioso que la “heroína” peruana de mayor proyección universal, sea una figura católica, Isabel Flores de Oliva, alias Santa Rosa de Lima, y que encima, si bien no fue una mártir, si se martirizaba.
Todo esto debería cambiar.
En primer lugar, es necesario que busquemos referentes de “heroicidad” más asertivos y propositivos, puesto que, aunque muchas y muchos lo duden, los referentes nacionales de “heroicidad” si contribuyen a moldear nuestra idiosincrasia, no solo de peruanos, sino, también, de ciudadanos.
Si es importante que nuestros referentes de “heroicidad”, dejen de presentar, únicamente, sacrifico y abnegación (y derrota) y empiecen a contemplarse referentes más afirmativos y triunfales (créanlo o no, ello repercute, también, en nuestra visión sobre nuestro empoderamiento como ciudadanos).
Busquemos, además, heroínas y héroes civiles y posicionémoslos por encima de la o el soldado heroico, pues ello incide, igualmente, en como nos vemos y valoramos como civiles y, sobre todo, como ciudadanos (así, es un hecho que la o el civil heroico representa mejor los valores democráticos y ciudadanos que la o el soldado heroico).
En segundo lugar, que no teniendo referentes civiles de celebración de fiestas patrias, que tengan tradición y raigambre popular, debemos buscarlos y posicionarlos, pues su carencia resulta alarmante si se trata de demostrar conciencia cívica y ciudadana entre la población.
Es de vital importancia que generemos esas ceremonias y ritos cívicos no vinculados al gobierno, al ejército o a la iglesia, pues aunque para muchas y muchos resulte trivial, ayudan no solo a crear conciencia cívica entre la población, sino que, además, contribuyen a que las y los peruanos nos identifiquemos, con mayor profundidad, con nuestro Perú.
Alternativas existen varias, desde celebrar con fuegos artificiales, como se hace en navidad y año nuevo, hasta realizar corsos y pasacalles, como hacían nuestras y nuestros abuelos y bisabuelos en carnavales; desde pasear la bandera como se hace en Tacna, en conmemoración al retorno de dicha provincia al territorio nacional, hasta la realización de festivales folklóricos a lo largo y ancho de todo el Perú.


Al final, lo importante es que generemos, nosotras y nosotros la población civil, nuestros propios referentes cívicos. Lo importante es que nos libremos de esa tutela patriarcal, que viene del gobierno, del ejército y la iglesia, y empecemos a reconocernos como lo que somos, CIUDADANOS.

Se despide su amigo uranista.

Ho.

Imágenes.
1. Imagen tomada de: peru-ahora.blogspot.com
2. Imagen tomada de: reportperu.files.wordpress.com

viernes, 23 de julio de 2010

DE SOCIALISTAS Y PSEUDO SOCIALISTAS (O SOCIALISTOIDES).

Queridas amistades:
Reciban mis saludos y mis mejores deseos.

Al finalizar la primera guerra mundial en 1918, sobre lo que fuera el vasto imperio ruso se irguió un nuevo estado, que a partir de 1922 de llamaría Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
El proceso revolucionario que llevó a la instauración de aquel nuevo estado (conjuntamente con las ideas que llevaron a dicho proceso revolucionario), conmociono al mundo, al extremo que en varios países del orbe, se concitaron una serie de movimientos simpatizantes, en el seno de diversos sectores sociales y/o políticos.
Incluso en algunos países, como en Alemania y Hungría, se dieron levantamientos revolucionarios que a la postre fracasarían, aunque no sin dejar hondas huellas en sus respectivas sociedades.
La propagación de este fantasma revolucionario conllevó a que las potencias occidentales, vencedoras de la primera guerra mundial, buscaran constreñirlo estableciendo un verdadero “cordón sanitario” alrededor de la Unión Soviética.
Décadas después, tras la segunda guerra mundial, el mundo quedo dividido entre dos bloques contendientes (la llamada “Guerra Fría”). En occidente, el bloque capitalista quedo liderado por los Estados Unidos, mientras que en oriente, el bloque soviético quedo liderado por la Unión Soviética.
Este contexto social debe tenerse muy presente, pues desde la primera guerra mundial las potencias occidentales realizaron una permanente campaña de satanización de las ideas socialistas, distorsionándolas, tergiversándolas y hasta alterándolas según sus intereses y conveniencias.

Una primera muestra de este oscurantismo hacia el socialismo, es el referido al desconocimiento de la capacidad intelectual de Carlos Marx. Este pensador alemán no solo era filósofo y político, también era sociólogo e historiador, es decir, que Marx era un científico social y su impronta en las ciencias sociales, es tan importante como la de Newton en las ciencias naturales.
A partir del sustrato científico sociológico e histórico, Carlos Marx elaboro su visión filosófica y sus teorías políticas (el llamado socialismo científico) y he aquí una de las ventajas del socialismo frente a otras ideologías (como el liberalismo, el posmodernismo, etc.), su sustrato científico no solo le permite un análisis crítico de la realidad, sino que, además, le permite reelaborar permanentemente sus planteamientos filosóficos y políticos.
Ello significa, a despecho de muchos de sus detractores, que el socialismo no es solamente pura ideología.
Surge aquí la primera diferenciación entre socialistas y pseudo socialistas o socialistoides. Mientras los primeros son críticos con sus ideas y se permiten reformular sus planteamientos filosóficos y políticos, los segundos son dogmaticos, es decir, que asumen sus ideas filosóficas y políticas como verdades apodícticas.
Más las diferenciaciones no quedan allí. Durante toda la “Guerra Fría” y hasta después de ella, el socialismo ha sido vinculado con los peores regímenes dictatoriales y totalitarios del siglo XX.
La Unión Soviética de Stalin, la China Popular de Mao, la Corea del Norte de Kim Il Sung y Kim Jong Il, la Cuba roja de los Castro, la Kampuchea Democrática de Pol Pot, los “Afro Comunismos” de Angola, Etiopia y Mozambique, la Bolivariana Venezuela de Hugo Chávez, etc., ninguno de estos regímenes han sido o son socialistas, aunque sus dictadores denominaran y denominen a sus estados como tales y sus adalides y defensores juren y perjuren que ello es así.
Surge aquí la segunda diferenciación entre socialistas y pseudo socialistas o socialistoides. Aquellos que consideran los regímenes soviético, chino, cubano, etc., como socialistas, pasan por alto que el socialismo jamás postulo las dictaduras personalistas de “líderes” que se presentaron o presentan como salvadores de sus sociedades (el culto a la personalidad del "lider" es un ejemplo de esto último). El socialismo propugna, en principio, la toma de poder de los grupos sociales trabajadores, oprimidos y explotados, grupos que se organizarían como partidos para autogobernarse (esto desembocaría, tras un proceso de transformaciones y cambios, en un gobierno popular sin diferenciaciones sociales, de clase, etnia, género, etc.).

Entonces, para los socialistas el gobierno debe pasar, a fin de cuentas, a manos del pueblo; mientras que los pseudo socialistas o socialistoides aplauden las dictaduras unipersonales.
En esa misma línea, mientras que los socialistas aspiran a que las competencias del estado pasaran a manos del pueblo (con lo cual el estado se reduciría); para los pseudo socialistas o socialistoides el engrandecimiento y burocratización de los estados soviético, chino, cubano, etc., no merecían ningún cuestionamiento.
Otro punto más de diferenciación entre socialistas y pseudo socialistas o socialistoides proviene de la influencia (¿contaminación?) de ciertas ideas filosóficas posmodernas (que en tanto ideas filosóficas no son verdades científicas), que son asumidas como si fuesen compatibles con el socialismo.
Se trata aquí del relativismo posmoderno, que entre otras cosas, sostiene que no existen conocimientos de carácter universal y alcances generales (todo es relativo) y, en consecuencia, todos los sistemas culturales merecerían tomarse en cuenta, ya que tendrían intrínsecamente igual valor.
Aquí surge la confusión de muchas y muchos que se dice socialistas, pues confunden el principio de igualdad de todos los seres humanos, propugnado por el socialismo, con la igualación de todas las manifestaciones y sistemas culturales humanos, algo propugnado por el posmodernismo relativista y que, a todas luces, resulta inadmisible.
Para el socialismo, el progreso supone la superación de ordenamientos y organizaciones dominantes, opresivas y explotadoras. Esto significa que las estructuras económicas, jurídico políticas e ideológicas necesariamente se transformarían, cambiarían, si la constitución y el funcionamiento de los diversos ordenamientos y organizaciones sociales cambia.
En buen romance, la igualdad a al que conduciría la abolición de la dominación, opresión y explotación, necesariamente haría desaparecer muchas manifestaciones y sistemas culturales. Contrariamente, la igualación de las diversas manifestaciones y sistemas culturales, deriva, inevitablemente, en la aceptación y defensa, implícita y/o explícita, de ordenamientos y organizaciones dominantes, opresivas y explotadoras, como la patriarcal, la clasista, etc.

Así que mientras los socialistas si consideran conocimientos de carácter universal y alcances generales, con lo cual si se plantean diversos niveles de uniformización cultural y estandarización poblacional; los pseudo socialistas o socialistoides creen en relativismos, con lo cual estarian aceptando y defiendendo, implícita y/o explícitamente, no solo los ordenamientos y organizaciones dominantes, opresivas y explotadoras, sino, también, la fragmentación social.
Podría explayarme en otras consideraciones, pero creo que con estas bastan por el momento. Al final, espero que estas cuantas consideraciones sirvan de luz, al momento de trazar distinciones entre socialistas y pseudo socialistas o socialistoides.

Se despide su amigo uranista.

Ho.

Imágenes.
1. Carlos Marx. Imagen tomada de: ccla.org.pe
2. Mao por Andy Warhol. Imagen tomada de: postershop-espana.com
3. Imagen tomada de: mesabemal.blogia.com

jueves, 15 de julio de 2010

DE LIBERALES Y NEOLIBERALES.


Queridas amistades:
Reciban mis saludos y mis mejores deseos.

Sobre ideologías políticas, hay varias nociones que considero deberían conocerse, antes de atribuir a tal o cual postura los rótulos de liberal o neoliberal. Aclaro que no me considero un gran teórico o conocedor, pero compartiré con vosotros las nociones que manejo.
Empecemos por el principio, el discurso liberal hunde sus raíces en ciertos planteamientos postulados por la ilustración.
Para la ilustración, criterios como la racionalidad y la lógica son fundamentales para la práctica política.
Siendo así, no habría nada más contradictorio que un político apasionado. Me explico, la pasión, tal como la entiende occidente (es decir, generalizada, en las mismas manifestaciones, entre todos las gentes), es un criterio romántico, es decir, que fue el romanticismo el que impuso la pasión en la política (recuérdese que el romanticismo influyó, negativamente, a todas las ideologías del siglo XIX, tales como, el liberalismo, el socialismo, el conservadurismo, el anarquismo y hasta al saber científico).
La pasión, caracterizada por los románticos como sentimental e irracional, se opone a la racionalidad propugnada por la ilustración. En tal sentido, el romanticismo no solo satanizo la racionalidad en la política (al presentarla como fría y calculadora), sino que, además, estimulo la vehemencia impulsiva de lo sentimental y la imprudencia irreflexiva de lo irracional en la política.

Para el liberalismo, la racionalidad estaría encaminada hacia la organización de la sociedad y, sobre todo, el estado. De aquí surge la importancia del liberalismo político, pues de la organización racional del estado, se derivan las condiciones necesarias para que la humanidad pueda vivir libremente.
He aquí el punto de partida que diferencia a liberales de neoliberales y es que, si para los primeros el liberalismo político y el liberalismo económico están indisolublemente unidos, para los segundos hay una jerarquía (expresada directa o indirectamente) entre ambas ramas del liberalismo.
Los neoliberales anteponen lo económico a lo político (de ahí que se les pueda calificar de economicistas) y esta tendencia se perfilo, ideológicamente, en la segunda mitad del siglo XX, para, luego, materializarse con la dictadura chilena de Pinochet y las dictaduras de los llamados tigres asiáticos.
Para los liberales, Estados Unidos y Gran Bretaña son ejemplos de cómo lo económico va de la mano de lo político (ya que aquellos países desarrollaron sus modelos económico liberales, el capitalismo y nunca quebraron sus sistemas político liberales, el estado democrático liberal).
Más las diferenciaciones no se limitan a ello, puesto que pueden vislumbrarse en otros aspectos de la sociedad. Así, el liberalismo supone una estricta división de los ámbitos público y privado. Aquí, para los liberales, lo político queda identificado con el ámbito público, mientras que lo económico queda identificado con el ámbito de lo privado. Esto supone que no debe haber injerencia de lo político sobre lo económico, ni viceversa. Sin embargo, para los neoliberales, lo privado, en su expresión de lo económico, si puede tener cierta injerencia en el ámbito de lo público.

El ejemplo más claro de ello, es el referido a la cultura. Al respecto, desde la óptica liberal, a grandes rasgos, lo privado está referido a las y los sujetos particulares (a lo que a ellos les concierna en tanto individuos), mientras que lo público está referido al colectivo poblacional, a lo que les es común y/o mancomunado.
En este marco referencial, si concordamos que la cultura tiene que ver con el ser humano en tanto miembro de una sociedad, entonces asumiremos que ver con lo común a la población, con lo que es mancomunado a ella, en otras palabras, tiene que ver con lo público.
Todo lo anterior supone que para los liberales, la cultura tiene que ver con lo público y, por ende, con lo político. Más para los neoliberales, la cultura puede privatizarse, en tanto es reducida a negocios, empresas privadas, etc., es decir, que la cultura es restringida al ámbito económico.
Un aspecto más de la diferenciación liberal/neoliberal tiene que ver con aquello que se conoce como vida privada, aunque en si el asunto concierne más a los conservadores, es innegable que, en cierto punto, neoliberales y conservadores terminan jugando al unisonó.
Desde el punto de vista liberal, la sola voluntad es la principal fuente del derecho, es decir, que la voluntad de la persona prima sobre cualquier otra consideración.
Siendo así, cualquier persona puede decidir voluntariamente acerca de que partes de su vida pueden volverse públicas o privadas (el liberalismo, hasta cierto punto, lo permite, aunque no lo propugna).

Este hecho ha sido tomado por muchos grupos sociales como instrumento político. Así, diversos grupos, como los feministas y los lésbico gueis, proclaman que lo personal (lo privado) también es político (público).
Sin embargo, los conservadores niegan este planteamiento, pues es en el ámbito público/político, en donde se dan los cambios sociales (cambios a los que se oponen, cuanto pueden, los adalides de la conservación).
En este punto neoliberales y conservadores coinciden pues ambos minimizan el valor de los derechos humanos y ciudadanos (derechos políticos, liberalismo político).
Podría explayarme en otras consideraciones, pero creo que con estas bastan por el momento. Al final, espero que estas cuantas consideraciones sirvan de luz, al momento de trazar distinciones entre liberales y neoliberales.

Se despide su amigo uranista.

Ho.

Imágenes. 
1. John Locke, padre del liberalismo. Imagen tomada de: reactionismwatch.wordpress.com
2. Milton Friedman, padre de los "Chicago Boys" propulsores del neoliberalismo. Imagen tomada de: luisramirez.cl
3. Caricatura tomada de: lalibertadylaley.wordpress.com

miércoles, 7 de julio de 2010

SOMOS LIBRES ¿LO SOMOS SIEMPRE?


Queridas amistades:
Reciban mis más sinceros saludos y parabienes.

Cuando en 1821, José de la Torre Ugarte escribió el himno nacional peruano sus primeras frases (Somos libres, seámoslo siempre), celebraban la recién adquirida libertad política del Perú, frente al yugo español. Casi doscientos años después, nos preguntamos si esas frases se corresponden con la realidad de diversos sectores de la población peruana.
En un país como el nuestro, donde la diversidad de culturas, lenguas, razas, géneros y sexualidades son motivo de orgullo y satisfaccion, pues, precisamente, toda esta diversidad es la que enriquece y engrandece a cualquier nación, aquí, las elites dominantes peruanas, a través de una clase política que solo vela por sus intereses, se han dedicado ha excluir a todas estas poblaciones diversas de la vida política y social del Perú.


Frente a esto, las poblaciones de lesbianas, gueis, bisexuales y trans peruanas denunciamos que difícilmente esa libertad es cumplida o siquiera respetada por el estado y sus administradores. Si en las declaraciones de principios, todas y todos somos peruanos por igual, si todas y todos cantamos el mismo himno nacional, lesbianas, gueis, bisexuales y trans peruanos exigimos, entonces, que se nos reconozcan nuestros derechos, que se respete nuestra plena ciudadanía.
Lesbianas, gueis, bisexuales y trans ya estamos hartos de este trato discriminador y marginante, inhumano por demás.
Muestra de este trato degradante, es que en los últimos 6 años los sucesivos gobiernos peruanos han censurado, eliminado e, incluso, sancionado la homosexualidad en 4 normas jurídico legales, además, de no suscribir o ratificar 3 tratados internacionales, que incluyen, claramente, la protección a nuestros derechos. Y como si ello no fuera poco, estamos viviendo un reaccionario contexto social, en el que se sanciona y sataniza todo cuestionamiento o crítica al gobierno y hasta la protesta social.


Por todo lo anterior, en esta IX Marcha del Orgullo, las lesbianas, gueis, bisexuales y trans demandamos la plena igualdad ciudadana, que se reconozcan nuestros derechos, que estos sean promovidos y que nuestras demandas y necesidades sean recogidas por los tomadores de decisión y por los partidos políticos, demandas y necesidades tales como:
• Ley de Igualdad y No Discriminación: en espacios públicos y en el acceso a la educación, trabajo y salud, que incluya la obligación del Estado de luchar contra el estigma y la discriminación.
• Ley de Crímenes de Odio: que prevenga y sancione los asesinatos, persecución y violencia motivados por la orientación sexual e identidad de género de las personas
• Reconocimiento de la identidad de género de las personas trans: a través del cambio de nombre y sexo en el DNI, programas integrales que permitan transformar el cuerpo sin poner en riesgo la vida, y la eliminación del abuso de autoridad de la Policía y el Serenazgo.
Por último, exigimos al estado peruano que se abstenga de vigilar, castigar y censurar nuestras vidas, géneros y sexualidades, porque nuestras vidas y nuestros cuerpos no le pertenecen ni le pertenecerán jamás.
P.d. Ven y unete a la IX Marcha del Orgullo Lesbico, Guei, Bisexual y Trans, a realizarse en Lima, el 10 de julio a horas 14.30 pm.

Se despide su amigo uranista.

Ho.

Imagenes.
1 y 2 tomadas de: http://www.mdelorgulloperu.blogspot.com/

P.d. Ven y unete a la IX Marcha del Orgullo Lesbico, Guei, Bisexual y Trans, a realizarse en Lima, el 10 de julio a horas 14.30 pm. Organiza, como todos los años, el Colectivo Marcha del Orgullo de Lima.