Queridas amistades.
Reciban mis saludos y parabienes.
El debate fue solo un mero formulismo para quienes ya habíamos decidido votar por Fuerza Social (FS) y Susana Villarán. Aún así, el debate nos mostro que la candidata del Partido Popular Cristiano (PPC), Lourdes Flores, es toda una política tradicional, no solo por su pertenencia al grupo más rancio de la clase política peruana, sino, también, por su estilo confrontacional y agresivo que nos dejó muy en claro, que esta asimilada, por completo, a las formas masculinas de hacer política.
En esta campaña electoral a la alcaldía de Lima, Lourdes Flores ha sido la representante limeña del status quo político nacional (ese status quo manejado, en el presente, y principalmente, por las y los políticos tradicionales, operarios, en su mayoría, de la derecha peruana). Por ello, no era de extrañar que la ultraderecha, la derecha fascista y la derecha conservadora, hayan cerrado filas tras la candidata del PPC, una candidata que los representa tanto a ellos como a sus intereses. Ello explica también, y en gran medida, la campaña de intoxicación desinformativa y de infamante satanización que los medios de comunicación y demás voceros de aquella derecha ultra, facha y conservadora (medios y voceros como “La Hora N”, “A Primera Hora”, “Willax Tv”, “Expreso”, “La Razón” y, sobre todo, “Correo”), emprendieron contra la candidata que, en mayor medida, representaba una posibilidad de cambio, Susana Villarán.
Este cambio se venía reflejando, de alguna manera, en las estrategias de campaña de FS y PPC. Así, mientras FS y Susana Villarán planteaban la política en términos de unión e inclusión (inclusive con los del MNI – Patria Roja), el PPC y Lourdes Flores plantaban la oposición y la polarización.
Pero la derecha a la que Lourdes Flores representa no es una derecha decente y liberal, sino una derecha ímproba y antidemocrática. Junta que, aparentemente, ha terminado por enseñarle a la señora Flores sus malas mañas, pues, hoy por hoy, queda muy poco de aquella política prometedora de los años 80’s y en su lugar, encontramos a una política mimetizada con sus representados ímprobos y antidemocráticos.
Al respecto, el PPC, partido de Lourdes Flores, ha sido cantera de los políticos más conservadores de nuestro país. Desde Alberto Borea Odría (quien reconoce que funda sus decisiones políticas en sus creencias religiosas), Felipe Osterling Parodi (el mismo del “qué horror” en el segundo “potoaudio”), el sinvergüenza Alex Kouri (montesinista de pura cepa) y el inefable Rafael Rey Rey (señor del Opus Dei). Este mismo partido PPC, se vanagloria de llamarse cristiano, en estos tiempos en los que la modernidad y el progreso exigen con claridad, que se separe lo público de lo privado, lo político de lo religioso, lo estatal de lo eclesial.
Obviamente la pertenencia a un partido conservador no es un problema, salvo cuando la señora Flores cae en la contradicción, de tratar de permanecer leal al conservadurismo del PPC, mientras que a la vez, trata de presentarse, ante el electorado nacional, como una política moderna.
Sumemos al conservadurismo de Flores, el hecho de que la elección de sus aliados políticos ha sido siempre desafortunada. Se alió primero a Barba Caballero y a Rafael Rey, dos de los políticos más oportunistas de las últimas décadas, para fundar la Alianza Electoral Unidad Nacional (UN), agrupación con la que se postuló en dos ocasiones a la presidencia de la república. Más tarde, cuando quiso desmarcarse del remoquete de “candidata de los ricos”, no se le ocurrió mejor idea, que escoger, en la elección del 2006, para vicepresidente de su plancha presidencial, al señor Arturo Woodman, peón y “hombre fuerte” de Dionisio Romero, “dueño” del grupo Romero y, a todas luces, el empresario más rico del país. Y en el inicio de la presenta campaña municipal, canto a los cuatro vientos, que contaba con el respaldo del cardenal Cipriani (la cabeza visible del Opus Dei en el Perú).
Pasando a otro plano, sus causas políticas no han sido de lo más recomendables. En el año 92, luego de haber sido defenestrada como diputada por el golpe de estado de Fujimori, se lanzó con su partido a legitimar la dictadura, al presentarse a la elección del llamado Congreso Constituyente Democrático (CCD), en el que fungió de congresista y devino en coautora de la espuria constitución del 93. Ya bajo la presidencia de Toledo, cuando el gobierno quiso rescindir el contrato, que otorgaba las señales televisivas a América, Panamericana y ATV, se lanzó como defensora de los corruptísimos empresarios televisivos (como José Enrique Crousillat, Ernesto Schütz Landázuri y Julio Vera Abad), que se habían vendido a Montesinos, enarbolando su causa, como si se tratara de una cuestión de defensa de la democracia. Y en esta elección municipal, demostrando doble estándar, clamaba contra la guerra sucia, pero no le importo recibir el respaldo de aquellos medios (como Expreso, La Razón y, sobre todo, Correo), que la practicaban contra Susana Villarán (incluso se llegó a escuchar en un audio, como celebraba esa guerra sucia contra Villarán).
Más si en lo político Lourdes Flores demostró poco tino, sus opciones laborales si resultan preocupantes. Tras la caída de Fujimori, cuando todo el mundo sabía que Salazar Monroe era uno de los militares de Montesinos, Lourdes Flores no tuvo ningún problema en trabajar para la familia política del general, a cambio de un jugoso emolumento. Ya bajo el gobierno de Toledo, cuando todo el mundo sabía que el vicepresidente Raúl Diez Canseco había cometido nepotismo, dándole empleo en el estado a la parentela de su querida y que además, se había dado maña para sacar una ley que favorecía los negocios de sus suegro (el padre de su querida), la señora Flores aceptó trabajar como administradora (rectora) de los negocios educativos de Raúl Diez Canseco a cambio de otro jugoso emolumento. Y en estos tiempos, cuando ya todo el mundo sabía que Cesar Cataño había salido librado, en los 80’s, de una condena por narcotráfico, por prescripción del delito, no por inocencia, y que en el presente, Cataño estaba siendo procesado por el mismo delito, la señora Flores siguió recibiendo el cuantioso dinero del procesado por narcotráfico desde enero hasta junio de este año (se habla de la recepción de 10,000 dólares mensuales).
Como abogada y política, se supone que la candidata del PPC tiene suficientes luces, para saber cuando algo es ética y moralmente aceptable o no, pero por lo visto, la señora Flores adolece de una severa miopía moral.
Para mí, todo lo anterior es suficiente para no votar por Lourdes Flores, pero hay otras razones que pueden interesar directamente a la población LGBT.
El Partido Popular Cristiano, en tanto grupo conservador, se ha opuesto reiteradamente a las libertades y derechos sexuales de la ciudadanía. Algunos ejemplos de ello son: bajo la dictadura de Fujimori, el PPC fue uno de los partidos que se opusieron, a la implementación de un curso de educación sexual en los colegios, contribuyendo, con ello, a que miles y miles de estudiantes adolescentes se mantengan en la ignorancia y que se pongan en riesgo, al no contar con información confiable sobre su sexualidad. Ya bajo el gobierno de Toledo, el PPC, bajo la alianza UN, fue uno de los partidos políticos que bloqueó la inclusión en la carta magna, de la noción de no discriminacion por razones de orientación sexual e identidad de género, en las reformas que se venian haciendo a la constitucion del 93. Más recientemente, cuando el congreso peruano intento dar una ley que acabara, como en otros países, con la criminalización del sexo consentido intergeneracional (no solo entre adolescentes y adultos, sino, también, entre adolescentes de distinta edad), nuevamente el PPC se opuso, desconociendo, patriarcalmente, la capacidad de las y los adolescentes para ejercer su sexualidad. Y la semana pasada, el PPC fue uno de los partidos, que decidió mantener vigente la actual ley, que prohibía a las personas con VIH casarse (incurriendo, con ello, en abierta discriminación de las personas con VIH y en violación de la constitución).
A nivel individual, la lideresa del PPC, Lourdes Flores, también mostro posturas que resultan, como mínimo, cuestionables. Así, trazando una comparación con Susana Villarán, su contendora, tenemos: que mientras Susana Villarán ha declarado, en repetidas ocasiones, que no le interesaría que su hijo o hija fuera lesbiana, guei, bisexual o trans y que lo único que le importaría, sería que fuera feliz; Lourdes Flores declaró que si su hija o hijo fuera homosexual no lo rechazaría, pero que hubiera hecho todo lo posible por hacer que cambie. Mientras Susana Villarán habla, a cada momento, de la inclusión de las personas LGBT’s y considera que la sociedad, no estaría completa sin dicha población; Lourdes Flores considera que lo normal es la unión entre un hombre y mujer y que (tomando distancias), a las personas LGBT’s hay que tratarlas con respeto y tolerancia (nótese el planteamiento implícito de subordinación). Y mientras que Susana Villarán ha dicho que esta de acuerdo con que las personas LGBT’s puedan casarse; Lourdes Flores sostiene que el matrimonio es heterosexual y que las personas LGBT’s deben procurarse otros procedimientos (anótese la desigualdad e inequidad en sus planteamientos).
En suma, la candidata del PPC, Lourdes Flores, no resulta una opción siquiera aceptable para la población lésbica, guei, bisexual y trans, como siguiente alcalde de Lima, pues tiene muchas sombras sobre su proceder político y genera muchas dudas, sobre su posible accionar para con la población LGBT (sobre todo cuando existen todas las posibilidades de que la señora Flores mantenga las practicas y políticas de exclusión y discriminación que con la población LGBT, tuvo el alcalde Castañeda, aliado de la pepecista).
Ahora, que les quede claro que no estoy invocando a un voto para Susana Villarán, pues sus motivos tendrán para no inclinarse por dicha opción, pero si considero que, teniendo otros siete (7) candidatos, empecinarse en un voto por Lourdes Flores, revela cuanta homofobia y transfobia interna aún tenemos, pues, desde el punto de vista político, la pepecista es bastante cuestionable y, desde el punto de vista de las diversidades sexuales y genéricas, ella representa, como mínimo, la continuidad de las presentes prácticas y políticas municipales de discriminación y marginación de la población LGBT.
Se despide su amigo uranista.
Ho.
Imágenes.
1 y 2. Carlincaturas. Tomadas de: larepublica.pe