martes, 3 de agosto de 2010

SUPERVIVENCIAS SOCIOCULTURALES.


Queridas amistades:
Reciban mis saludos y mis mejores deseos.

A través de la historia, la humanidad ha experimentado diversas formas de ordenamiento y organización social muy disimiles entre sí.
Al respecto, desde los inicios de la edad de piedra, hasta la aparición de las clases sociales la humanidad se ha ordenado y organizado en forma de bandas, tribus, jefaturas, etc. Y desde el surgimiento de las clases sociales ha habido diversas formas de ordenamiento y organización clasista, tales como la comunal, la esclavista, la feudal, la capitalista, etc.
Cada uno de estos ordenamientos y organizaciones sociales implican diversos tipos de estructuras económicas, sociopolíticas e ideológicas. Más aún, se dan, también, diversos tipos de relaciones sociales (económicas, políticas, culturales, etc.).
Así, en las sociedades de bandas, dado que no hay estado, ni clases sociales, ni producción, ni propiedad, las estructuras y relaciones sociales responden a vínculos socioparentales, razón por la que los integrantes del grupo, se consideran, más o menos, como una familia fraternal. En las sociedades de castas (ya en sociedades productoras y clasistas), las estructuras y relaciones sociales están determinadas y reguladas por el estado (el estado determina quien, como, donde y cuando las personas deben relacionarse). Aquí, cada casta concibe tener un origen humano diferenciado (es decir, el miembro de una casta se siente y asume como un humano diferente a los miembros de otras castas), y, además, algunas castas se erigen como superiores y dominantes y otras quedan como inferiores y subordinadas. En la sociedad capitalista las estructuras y relaciones sociales están mediatizadas por la ley (no por el estado) y las los individuos se asumen como iguales a nivel legal y jurídico.


Con el tiempo, las estructuras y relaciones sociales, propias de una determinada sociedad (ya sea bandal, tribal, jefatural, esclavista, feudal, etc.) van variando, se transforman, hasta cambiar profundamente. Cuando el grueso de las estructuras y relaciones sociales se transformaron y cambiaron, se da un cambio de ordenamiento y organización social, es decir, se pasa de un tipo de sociedad a otra (a través de la historia se encuentra el paso de la sociedad de bandas del paleolítico a la sociedad tribal del neolítico; el paso de la sociedad esclavista romana de la antigüedad a la sociedad feudal europea del medioevo; el paso de la sociedad feudal europea de las edades media y moderna a la sociedad capitalista occidental y contemporánea, etc.).
Cada nuevo tipo de sociedad (de bandal, tribal, jefatural, comunal esclavista, feudal, etc.), cada nuevo ordenamiento y organización social no se presenta con plena consistencia (o sea puro), sino que evidencia claras contradicciones.
En el seno de cada nuevo ordenamiento y organización social conviven diversos tipos de estructuras y relaciones sociales. La mayoría (el grueso) de ellas, conforman un modelo y sistema económico político y social hegemónico, mientras que una minoría de las estructuras y las relaciones sociales ocupan un lugar subalterno y subordinado al modelo y sistema hegemónico.
Entre las estructuras y relaciones sociales subalternas y subordinadas a lo hegemónico se encuentran tanto los gérmenes de nuevas estructuras y relaciones sociales, como pervivencias de ordenamientos y organizaciones pasadas y periclitadas.
Así, las castas, propias de sociedades comunales (del llamado modo de producción asiático), sobrevivieron a la feudalización de la india (e, inclusive, perviven en la presente sociedad capitalista), mientras que las relaciones esclavistas, propias de las sociedades grecorromanas, sobrevivieron a la feudalización de Europa.
Ahora, estas estructuras y relaciones sociales supervivientes, no son, necesariamente, manifestaciones decrepitas y agónicas de las sociedades ya superadas, sino que, en muchos casos, llegan a convertirse en parte importante de los nuevos ordenamientos y organizaciones sociales.
Así, el patriarcado, surgido en sociedades prehistóricas, aún tiene notable vigencia en la contemporánea sociedad capitalista, pese a la legislación liberal “igualitaria”, mientras que la esclavitud fue parte importante de la economía colonial americana, que era de corte feudalizante.
Estas estructuras y relaciones sociales supervivientes han sobrevivido, han sobrevivido a sus sociedades originarias, y se han mantenido vigentes en el tiempo, debido a que, mayormente a grupos de poder, dominantes y/o hegemónicos.
Así, el patriarcado se mantuvo, a través del tiempo, gracias a que los varones, como grupo social, jamás renunciaron al poder ni a sus privilegios, mientras que el modelo contemporáneo de propiedad, que hunde sus raíces en el feudalismo, ha alcanzado gran relevancia, gracias a la preponderancia social que tienen las clases terrateniente, mediana y pequeño propietarias.
Esto implica que la contemporánea sociedad capitalista, no está exenta de supervivencias estructurales y relacionales, supervivencias que se integraron al seno de la sociedad capitalista, por causas muy particulares y específicas (de ahí se colige que la integración de las supervivencias estructurales y relacionales, en cualquier ordenamiento y organización social, obedece, igualmente, a razones y causas particulares y específicas).
Así, el actual modelo de propiedad privada, que está integrado al sistema capitalista, es una pervivencia de sociedades pasadas, pues ya “operaba a lo a lo largo de la llamada edad moderna y sus orígenes se remontan a la edad media, más fue adaptado para integrarse al sistema capitalista. Si la burguesía, clase dominante de la sociedad capitalista, incorporó al ordenamiento y organización capitalista el superviviente modelo de propiedad (feudal), fue porque en su ascenso al poder (como clase dominante), a lo largo de los siglos XVII, XVIII y XIX, se enfrento a otras clases sociales (aristocracia, proletariado, campesinado, etc.), que, también, aspiraban a ese poder y dominio.
En esta “lucha” de clases, la burguesía solo pudo sitiarse en su encumbrado sitial (de clase dominante en la sociedad capitalista), tras aliarse con las clases terrateniente, mediano y pequeño propietarias, hecho por el cual no rompió con el antiguo modelo de propiedad, sino que, como concesión a sus aliados, lo incorporo al nuevo sistema capitalista.
Lo mismo sucedió con la institución matrimonial, cuya estructuración se remonta a la edad media, época en la que es parte de un sistema clerical (de unión de iglesia y estado).
La clase burguesa, de ideología liberal, no rompió con esta supervivencia medieval (el matrimonio), y si la adapto a su ordenamiento y organización social, transformándola de matrimonio religioso a civil.


Si los burgueses liberales mantuvieron esta supervivencia del matrimonio, como una concesión a los grupos conservadores, es porque estos últimos también fueron sus aliados, durante las “luchas” de clases acaecidas entre los siglos XVIII y XIX (y por que dicha institución matrimonial les era funcional, como instancia de control de su régimen heterosexista).
Para finalizar, las supervivencias socioculturales son parte de las contradicciones presentes en todo ordenamiento y organización social (ya sea bandal, tribal, jefatural, comunal, esclavista, feudal, capitalista, etc.) y como tales (como supervivencias contradictorias) tienen que ser reconocidas.

Se despide su amigo uranista.

Ho.

Imágenes.
1. Piramide social de las castas de la india. Imagen tomada de: abelgalois.blogspot.com
2. Matrimonio civil. Foto tomada de: lapaginadelosnovios.cl

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