Amistades mías:
Reciban mis saludos más sinceros y mis mejores deseos.
Sobre internet, no comparto la visión glorificante que tienen muchos activistas lesbianas, gueis, bisexuales y trans (LGBT) sobre el papel que juega internet en el movimiento LGBT.
Reciban mis saludos más sinceros y mis mejores deseos.
Sobre internet, no comparto la visión glorificante que tienen muchos activistas lesbianas, gueis, bisexuales y trans (LGBT) sobre el papel que juega internet en el movimiento LGBT.
Debemos tener en cuenta, de que internet quebró el horizonte referencial que en el movimiento LGBT, habían dejado las revueltas estudiantiles y juveniles de 1968 (cuyo cenit fue la revuelta de París de mayo del 68) y la revuelta de Stonewall en Nueva York (junio del 69).
Internet, al abrir nuevas formas de comunicación, dejó sin piso al activismo LGBT tradicional, que hacia proselitismo entre los grupos de lesbianas, gueis, bisexuales y trans que socializaban en espacios públicos o de uso masivo.
Ello se debió a que internet, al ofrecer anonimato y “privacidad”, coadyuvo a que muchas personas lesbianas, gueis, bisexuales y trans, mantuvieran sus closets (el ocultamiento de sus preferencias sexuales), algo que colisionaba, directamente, con los intereses del movimiento LGBT.
Ello se explica a partir del hecho, de que la visibilización ha sido, y aún es, uno de los principales objetivos del movimiento LGBT, que, entre otras cosas, lucha contra la negación y el ocultamiento de las diversidades genéricas y sexuales, impuesto por la cultura hegemónica y oficial.
Todo apunta a que, por lo menos a nivel latinoamericano, el movimiento LGBT aún no se adapte del todo, a la irrupción de la internet. Algo que se traduce en un limitado poder de convocatoria para el activismo político LGBT.
Hasta aquí podría asumirse que internet solo ha afectado al movimiento LGBT, pero la derrota de Antanas Mockus, el candidato verde (ecologista), en las últimas elecciones presidenciales colombianas, revela como internet si pudo afectar a otros movimientos sociales.
Dicha elección presidencial reveló que el impacto de internet (y de las redes sociales), por lo menos en Latinoamérica, ha sido sobredimensionado, habida cuenta de que el acceso a internet de amplios sectores populares, tanto urbanos como rurales, es bastante limitado, si es que no inexistente.
Se impone aquí, el cuestionamiento de internet como una posible burbuja fabricada por los medios periodísticos televisivos e impresos a partir de una serie de datos concretos.
Demos por descontado el hecho, de que hay gente que se cree todo lo que se encuentra en internet y, aún así, asumamos que cierta información es, medianamente, real y certera.
Las paginas de internet más visitadas, no son las de información, son las de chat, redes sociales (como facebook o twitter) o los juegos en línea (claro esta, sin contar las paginas de pornografía).
La cosa se pone más oscura, si aceptamos que las paginas de información más visitadas, no son paginas “alternativas”, sino aquellas que representan a la cultura hegemónica y oficial e, incluso, aquellas que, de alguna manera, acompañan al poder político (como las paginas de los grandes diarios latinoamericanos).
Por su parte, si tomamos en cuenta que las vías de comunicación que siguen en internet los movimientos sociales, son empresas comerciales privadas que responden a intereses mercantiles (desde aquellas que venden dominios y hostings hasta aquellas que articulan comunidades virtuales, como los grupos en yahoo o google y las redes sociales como facebook y twitter), como que la cuestión se pone peliaguda.
Y hasta ahora no logro vislumbrar cual es el impacto (quizás no haya tal) de que la navegación por el ciberespacio, se haga por medio de un solo navegador: el “explorer”, que pertenece a una empresa acusada en varias ocasiones de prácticas monopólicas (cuando menos hasta los 90’s se encontraba aún el “navigator”).
Más si a todo lo anterior, le sumamos que se ha distorsionado el “target” poblacional al cual apuntan los movimientos sociales, tenemos que internet impuso la interactividad, razón por la cual los movimientos sociales, en internet, no pueden limitar su accionar, a la simple difusión de sus propuestas políticas, como si los usuarios del ciberespacio fueran meros receptores pasivos, de la información que se les envía.
Es un hecho el que la interacción permanente, se ha convertido en el principal medio, por el cual la participación de los movimientos sociales en internet puede ser realmente efectiva.
Mas no es en la internet, en donde los movimientos sociales latinoamericanos deben concentrar sus mayores esfuerzos. Al respecto, la vieja labor de las y los antiguos evangelizadores religiosos o el trabajo de convencimiento a nivel interpersonal que hacían las y los activistas anarquistas y socialistas en los siglos XIX y XX, parecen haber caído en el olvido.
Y no es que se trate de un método desfasado, pues los grupos religiosos evangélicos, que van de puerta en puerta llevando sus discursos religiosos, han pasado, con esa sola formula, ha ser un importante grupo social que ha puesto en jaque la hegemonía de la iglesia católica.
Lamentablemente, esa labor proselitista parece ser minimizada por muchos movimientos sociales, que han privilegiado el trabajo hacia afuera, de cara al estado, que hacia adentro, hacia las poblaciones diversas que son, necesariamente, la base y el sustento de cualquier movimiento social.
Para muchas personas, internet es el futuro, algo que, posiblemente, puede ser cierto. Sin embargo, me parece demasiado pronto el asumir que internet, sea, actualmente, la mejor opción para el accionar de los movimientos sociales, habida cuenta de que eso a lo que se llama futuro, no resulta claro y aún esta por dilucidar.
Se despide su amigo uranista.
Ho.
Imágenes.
1. Foto tomada de: rosacobos.files.wordpress.com
2. Imagen tomada de: lima.olx.com.pe
3. Imagen tomada de: entuhouse.com
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