martes, 8 de junio de 2010

CONTRA EL FUTBOL.


Queridas amistades:
Los saludos y les envió mis mejores deseos.

Me confieso ante uds. Hasta mi adolescencia jugaba futbol, no era ni bueno ni mal, y en muy contadas ocasiones llegue a meter algunos goles.
También confieso que me gustaba, al grado de ver los mundiales de España 82 y México 86.
Italia 90 fue el clímax de mi afición, ya que me sople todos los partidos sin excepción y recuerdo que los disfrute.
Con respecto a los campeonatos nacionales, fui “fan” de un equipo de la capital y en contadas ocasiones, lo fui a ver al estadio (cuando jugó con equipos “grandes”). Me gustaba tanto el futbol, que papá llegó a ofrecerme el llevarme al mundial de EE.UU. 94.


Más todo cambió cuando empecé a notar un trasfondo que antes me resultaba inadvertido: que en mi país el futbol es bastante mediocre (por no decir malísimo). Peor aún, el campeonato de primera división era para llorar, era y todavía es de los peores de Latinoamérica. En cuanto a la selección nacional, es tan mala que mi país no pisa un mundial desde el año 82.
Actualmente el futbol no me gusta, pero lejos de ser ello un sentimiento generalizado (por lo malo del futbol patrio), pareciera que entre peor se juega, dicho deporta acrecienta la cantidad de aficionados (puritito masoquismo).
El asunto alcanza ribetes de alienación, pues a pesar de lo malo que somos, muchas y muchos aficionados, que ignorando los partidos y jugadores de equipos menores, se saben incluso las fechas de los partidos y los nombres de decenas de jugadores de las ligas de Inglaterra, Alemania, España, Italia, Brasil o Argentina (aún cuando no conozcan el idioma del país y la pronunciación de tales nombres).
Se también de muchas y muchos aficionados futboleros que ni siquiera saben los equipos que juegan en la segunda división de mi país, pero si saben el nombre de todos los equipos de alguna liga extranjera, aún sin saber a qué ciudad o localidad representan (por ejemplo, afirman ser hincas del SV Werder Bremen y difícilmente ubican en un mapa alemán, donde queda la ciudad de Brema).
En estos días el asunto se torna más desopilante, pues pronto se inicia el mundial de Sudáfrica 10 y las y los aficionados, por un mes entero, se prenderán de televisión, radio e internet, para ver todos los partidos sin excepción, así juegue países que les resulten desconocidos y de los que no sepan cuál sea su locación.
Y la cosa se pone color de hormiga, ya que para aquellos que dejamos, por cuestiones de salud mental, la afición al futbol, las fechas de los campeonatos locales, regionales o mundiales se torna insufribles, pues en estos días el chovinismo hace su aparición a extremos verdaderamente superlativos.
En dichas fechas, las frases penosas e inaguantables no se hacen esperar y se escucha por todos lados despropósitos del calibre de: “el equipo es un sentimiento”, “el amor a la camiseta” o, refiriéndose a la selección, “la representación patriótica o nacional” (y yo que a duras penas me siento representado por el ministro de RR.EE. de mi país y las y los aficionados futboleros se desgarran las vestiduras por 11 sujetos a quienes ni conocen y que, a fin de cuentas, solo disputan un juego trivial).
Pasando a otro nivel, si nos tornamos un poco más “conscientes”, sabemos que muchas de las grandes organizaciones deportivas nacionales e internacionales (como la COI o la FIFA), están profundamente corrompidas.


Ergo, cada vez que vamos a los partidos futbolísticos o los vemos por la tele, o los escuchamos por la radio, etc., partidos ya sean de clubes locales, de las federaciones de futbol nacionales o del mundial de la FIFA (entidades denunciadas por diversas corruptelas), estamos no solo avalando la corrupción de semejantes entidades desprestigiadas, sino que, además, estamos contribuyendo, ciegamente, al enriquecimiento de sus dirigentes corruptos.
Por estas y otras razones, hace mucho tiempo que dejé de gustar del futbol y cada vez que me topo con las y los alienados, chovinistas e inconscientes aficionados, no sé si rabiar, llorar o huir de espanto, pues dichas y dichos aficionados están verdaderamente convencidos, de que si una o uno no gusta del futbol, es porque algo anda mal en nuestro interior.
Es en estos momentos que temo tanto por mi cordura como por la cordura ajena, pues con un mes escuchando a estas ordalías futboleras, apoyadas por todos los medios de comunicación (y aquí nadie cuestiona la labor atarantadora de dichos medios) y todas las empresas de merchandising involucradas, quedan demostrados los niveles de irracionalidad a los que nos empuja la omnipresente sociedad de consumo en la que vivimos inmersos.
No me queda más que esperar a julio y celebrar entonces, el haber sobrevivido a otro mundial.

Se despide su amigo uranista.

Ho.
 
Imágenes.
1. Foto tomada de: es.wikipedia.org
2. Imagen tomada de: afichesfutbol.com.ar

2 comentarios:

  1. Tenemos la casi coincidencia que ya no me gusta el futbol, pero mas por razones homoeroticas.
    No niego que a veces me encanta ver un buen gol, pero soy incapaz de soplarme todo un partido, ni siquiera de nuestra seleccion. Prefiero ver las repeticiones de antiguos partidos, sea de los 70 u 80, ya que en esas epocas los jugadores usaban el short bien apretado y corto, lo que dejaba exhibir el paquete y las piernas, en cambio, ahora parecen calzones que no dejan ver nada.
    A esto hay que agregarle que los jugadores de antes eran mas fornidos, bien papeados y con un par de excelentes piernas (y por lo tanto de buen culo), como Beckenbauer, Gerson, Muller, Tostao, Pele, Maradona, Tanque La Rosa y casi toda la seleccion de Mexico 70. Ahora son flaquitos metrosexuales, clones del Beckam, del que no se puede negar es un buen goleador (salvo muy raras excepciones como el colombiano Montaño).
    Pero me parece raro, que aqui en el Peru, donde el futbol que es considerado un deporte machista, no se hayan dado cuenta de cuanto machismo ha perdido y sigue perdiendo este deporte, agregando los chapes, besos, manoseos que se ven por television (y que me encanta ver) mas las descaradas formas parafilicas de celebrar un gol, como esos cerros humanos que incluyen paleteo (y que me encanta ver aun mas), lo cual es sexualmente satisfactorio, bueno, para un maricon como yo, pero no lo deberia ser para el resto hetero-machista. Porque si de hombria y machismo se tratase, prefiero el rugby, el jai-alai, artes marciales, lucha libre, deportes que empañan de testosterona la pantalla, tanto como un ritual polinesico.
    Para un cabro como yo. entonces, lo maximo es ver un buen gol, seguido de un rico paleteo colectivo, ESO SI ES FUTBOL, CARAJO !!
    Atte. Santi.

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  2. gracias por el reporte
    pero tambien podrias poner el problema grave que existe en un sudafrica y los gastos enormes de un mundial, creo que eso es lo peor de todo
    no tengo nada en contra de que jueguen pero el fanatismo es demasiado

    saludos nos leemos
    yomismo yomismo

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