domingo, 5 de abril de 2009

FUJIMORI.

Amigxs mios, mis amigxs:
Esperando que se encuentren bien, los saludo.
Hace aproximadamente 17 años, el 5 de abril de 1992, se dio en el Perú, un golpe de estado que dio inicio a una dictadura que duro hasta noviembre del año 2000. La dictadura de Alberto Fujimori, quien llego al poder investido como presidente constitucional el 28 de julio de 1990, y devino en el gobernante más corrupto de la historia del Perú contemporáneo.


Cuando Fujimori resultó electo, lxs peruanxs dejábamos atrás un gobierno monstruosamente corrupto, el primer gobierno de Alan García (de 1985 a 1990), creyendo que nadie podría superarlo, más el "Chino" lo logró.
Uno de los puntos más clamoroso de esa corrupción, se dio cuando el propio ministro fujimorista de economía, Carlos Boloña (quien asumió el cargo en el año 2000), “denuncio” que el dinero que se recaudo por las privatizaciones de decenas de empresas estatales (empresas que se vendieron escandalosamente subvaluadas, a precio de ganga) había desaparecido. Miles y miles de millones de dolares desaparecieron, mientras Fujimori pagó a sus hijos estudios en carisimas universidades estadounidenses (sin explicar de donde salio el dinero para ello) y luego viviría como millonario en zonas muy exlusivas de Tokio.
Sobre la dictadura, lxs defensorxs de Fujimori sostienen que jamás la hubo, pues el sátrapa convocaba a elecciones y tenia apoyo popular. Ellxs olvidan convenientemente, que una dictadura es un quiebre institucional (como el que se dio en el año 1992) y que si se llamo a elecciones, fue por presión internacional (solo por esa presion Fujimori convoco a elecciones para una asamblea constituyente, que le dio al país una espuria “constitución” hecha a la medida del dictador, la aún vigente de 1993). El apoyo a Fujimori tuvo un precio, pues el dictador implemento medidas populistas y dilapidó el erario nacional, creando clientelaje político (en buen castellano, gastaba el dinero ajeno, el de todxs lxs peruanxs, comprándose adeptxs). Si el apoyo popular fuera lo único que bastara para caracterizar a un gobierno de democrático, entonces Hitler y Hugo Chávez serian grandes demócratas. El asunto se tornó más deplorable aún, pues con el tiempo se supo que la elección presidencial del año 2000, fue un fraude total, ya que la ganó Alejandro Toledo, pero se declaró ganador al “Chino”.
Otro punto en el que se centran lxs defensorxs de Fujimori, es el supuesto “milagro” económico que realizo el “Chino”, olvidando convenientemente que a partir del año 1997, el Perú entro en una gran recesión de la que no se salió sino hasta el 2003 (recesión que fue provocada por el gobierno de Fujimori). Lxs fujimoristas pretenden olvidar además, que el índice de pobreza que recibió el “Chino” en 1990, fue prácticamente el mismo que dejó cuando fugo a Japón (enviando su cobarde y vergonzosa renuncia por fax desde Tokio). Y si la verdaderamente pasajera y etérea bonanza económica que logró, es un mérito a considerar, entonces Hitler y Pinochet deben ser venerados, pues convirtieron a sus países en potencias continentales (Alemania en Europa y Chile en Sudamérica).
Lxs seguidorxs de Fujimori sostienen también, que bajo su mandato se derroto al terrorismo. Cierto, pero la coincidencia cronológica no lo convierte en el único responsable de esa victoria. El principal hito en la lucha antiterrorista, la captura de Abimael Guzmán (jefe del grupo terrorista Sendero Luminoso), fue enteramente mérito de la policía y del ejército. Fujimori pretende arrogarse esa captura, sin embargo, desde que asumió el gobierno en julio del 1990, hasta la hasta la caída de Guzmán en setiembre de 1992, el “Chino” no hizo ninguna reforma policial o militar que condujera la captura del líder de Sendero. Más aún, el pretexto para dar el golpe de estado de abril de 1992, fue que el burocratismo y anquilosamiento del estado, no le permitían hacer reformas. Tras poco mas de una década de lucha contra el terrorismo, la policía y el ejercito peruanos habían aprendido a luchar contra los subversivos, por eso los derrotaron, por eso capturaron a Abimael Guzmán, y el que Fujimori pretenda presentarse como el único responsable de esos grandes logros, desconociendo el esfuerzo de policías y militares, solo demuestra cuan mezquino es.
Fujimori no solo no acabo con el accionar de los grupos terroristas como Sendero Luminoso y el MRTA (aún opera en la selva peruana una facción de Sendero), sino que además, implemento una política de terrorismo de estado, cuyo mayor exponente fue el grupo “Colina” (comando paramilitar creado siguiendo las ordenes del “Chino”), a quien se le debe una cincuentena de asesinatos, siendo los mas sonados las masacres de Barrios Altos, La Cantuta y El Santa (recuérdese que Fujimori siempre afirmó e hizo todo por demostrar, que en su gobierno el detentaba el poder y que todo se hacia según sus ordenes y voluntad).

Para lxs seguidorxs de Fujimori, los abusos de poder y las violaciones al orden jurídico legal del Perú eran necesarios para llevar al país hacia el desarrollo, pues, siguiendo el espíritu de Maquiavelo, el fin justifica los medios (cabe anotar que tras una década de fujimorismo, el Perú no alcanzo ni por asomo ese ansiado logro prometido). Lxs seguidorxs de Fujimori olvidan que vivimos en una sociedad civilizada y que la ética y la moral no son productos de mercado. Olvidan que cuando Maquiavelo escribió su celebre frase, el mundo se hallaba sumido en el oscurantismo medieval, época en la que el maquiavélico postulado era reflejo de la barbarie humana. Si a esa época quieren volver lxs fujimoristas, que lo hagan ellxs solos.
Fujimori es un corrupto y un criminal, aunque sus defensorxs alegan que el no estaba enterado de las corruptelas y crímenes cometidos bajo su mandato, pretenden no darse cuenta de que si ello fuera cierto, estaríamos frente al mas imbécil e inepto de los gobernantes del Perú.
Por esto y mucho mas, Fujimori no solo merece la condena del poder judicial, sino también la de todo el pueblo peruano.

Se despide su amigo uranista.

Ho.

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