Queridxs amigxs:
Mis saludos y mis mejores deseos para todxs.
Mis saludos y mis mejores deseos para todxs.
No puedo dejar de comentarles acerca de lo poco atinado que me parece, el que muchos medios latinoamericanos nos hayan enrostrado por tanto tiempo el caso del adolescente británico Alfie Patten, quien a sus trece años fue declarado padre de una robusta criatura, como si dicha noticia se tratara del caso más excepcional del mundo.
Ojo, no es que no sea inquietante el que un(a) adolescente de los años que fuera, resulte padre o madre a su corta edad. Pero desconcierta el que muchos medios latinoamericanos traten el caso del treceañero británico, como si en el mundo no ocurrieran hechos similares.
Ojo, no es que no sea inquietante el que un(a) adolescente de los años que fuera, resulte padre o madre a su corta edad. Pero desconcierta el que muchos medios latinoamericanos traten el caso del treceañero británico, como si en el mundo no ocurrieran hechos similares.
En Latinoamérica, el índice de adolescentes que tienen hijxs a los 15, 14, 13, 12, es alto y alarmante, mas aquellos medios alienados no lo reportan ni de casualidad, aunque si se muestran maravillados y sorprendidos, de que en otras partes del mundo eso suceda (demostrando, de paso, cuan divorciados están de sus propias realidades).
Así, en Argentina, el Ministerio de Salud registra niñas embarazadas desde los trece años, mientras que en Perú, el Instituto Nacional Materno Perinatal (INMP) registra niñas embarazadas de apenas doce. Según el Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac), Venezuela y Nicaragua son los países con el mayor número de adolescentes embarazadas en Latinoamérica (y ello incluye a menores de 15 años), y los ejemplos pueden multiplicarse sin mayores esfuerzos. El estudio “Juventud y Cohesión Social en Iberoamérica…”, arrojo como resultado de su investigación, que la tasa de maternidad entre las jóvenes latinas es de 76,2 %, mientras que la media global es de 52,6 %. Más aún, según los informes de la “Campaña por la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes” que se desarrolla simultáneamente en 70 países del mundo, entre el 15 y el 25 % de los nacimientos en Latinoamérica se da entre menores de 17 años. Por otro lado, en el “XV Congreso Mundial de Ginecología Pediátrica”, realizado en Brasil, se afirmó que en varias regiones de Latinoamérica, muchos varones inician su actividad sexual a los 13 años (y muchos estudiosos estiman que podría ser antes).
Lamentablemente esta es nuestra realidad, lamentablemente muchos medios alienados y muchas autoridades irresponsables prefieren ponerse un venda en los ojos y darle a estos hechos extranjería superlativa. En otras palabras, muchos medios y autoridades prefieren creer que esto sucede en Macondo, pero nunca jamás en nuestros países latinoamericanos.
Así, en Argentina, el Ministerio de Salud registra niñas embarazadas desde los trece años, mientras que en Perú, el Instituto Nacional Materno Perinatal (INMP) registra niñas embarazadas de apenas doce. Según el Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac), Venezuela y Nicaragua son los países con el mayor número de adolescentes embarazadas en Latinoamérica (y ello incluye a menores de 15 años), y los ejemplos pueden multiplicarse sin mayores esfuerzos. El estudio “Juventud y Cohesión Social en Iberoamérica…”, arrojo como resultado de su investigación, que la tasa de maternidad entre las jóvenes latinas es de 76,2 %, mientras que la media global es de 52,6 %. Más aún, según los informes de la “Campaña por la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes” que se desarrolla simultáneamente en 70 países del mundo, entre el 15 y el 25 % de los nacimientos en Latinoamérica se da entre menores de 17 años. Por otro lado, en el “XV Congreso Mundial de Ginecología Pediátrica”, realizado en Brasil, se afirmó que en varias regiones de Latinoamérica, muchos varones inician su actividad sexual a los 13 años (y muchos estudiosos estiman que podría ser antes).
Lamentablemente esta es nuestra realidad, lamentablemente muchos medios alienados y muchas autoridades irresponsables prefieren ponerse un venda en los ojos y darle a estos hechos extranjería superlativa. En otras palabras, muchos medios y autoridades prefieren creer que esto sucede en Macondo, pero nunca jamás en nuestros países latinoamericanos.
Solo eso explica que el inglesísimo niñito blanco de ojos claros, ocupara las primeras planas de casi todos los diarios de Latinoamérica (incluidos los disque serios), mientras que los miles y miles de niños campesinos e indígenas de las provincias del interior, que también son padres a los trece, nunca jamás son mencionados, simplemente brillan por su ausencia.
El asunto toma ribetes de película de terror, cuando se habla de educación sexual en los colegios o “peor”, de charlas sobre anticoncepción y sexo seguro entre adolescentes, en ese momento, las santísimas iglesias cristianas ponen el grito en el cielo, los sectores conservadores se rasgan las vestiduras y el mas grande coro de beatxs, santurronxs, mojigatxs, cucufatxs, gazmoñxs y pudibundxs claman al unísono: ¡APOCALIPSIS!
El verdadero apocalipsis es el resultado de que, tanto por falta de información sobre sexo, como por falta de acceso a métodos anticonceptivos, miles y miles de adolescentes de 17, 16, 15, 14, 13, 12, salgan embarazadas y ni que hablar de los abortos o ETS y SIDA (lxs adolescentes tienen sexo, esa es una realidad incontrastable, y dado que los intentos por evitarlo o impedirlo han fracasado estrepitosamente, como mínimo el informarlos sobre métodos anticonceptivos y sexo seguro es, a todas luces, lo mas moral y sensato).
Es verdaderamente espeluznante y monstruoso que vivamos en una cultura, que considere que ignorar toda información sobre sexo sea una virtud entre los menores de edad y peor aún, que se considere la promoción de la ignorancia en materia sexual un bien social.
Al respecto, califica como promoción de la ignorancia, el que las iglesias cristianas se opongan a las campañas de información sobre métodos anticoncep-tivos entre las gentes con menores recursos económicos (precisamente el sector poblacional en el que se presentan el mayor numero de madres y padres adolescentes), y califica como promoción de la ignorancia, el que las autoridades y medios de comunicación se maravillen y sorprendan de que un niño ingles sea padre a los trece años (al final, una análisis de ADN demostró que no era padre, pero igual tuvo sexo a los doce), mientras que omiten e ignoran, a través del tiempo, que ello viene sucediendo en Latinoamérica, desde hace años, lustros, décadas, quincuagenas y centurias.
El asunto toma ribetes de película de terror, cuando se habla de educación sexual en los colegios o “peor”, de charlas sobre anticoncepción y sexo seguro entre adolescentes, en ese momento, las santísimas iglesias cristianas ponen el grito en el cielo, los sectores conservadores se rasgan las vestiduras y el mas grande coro de beatxs, santurronxs, mojigatxs, cucufatxs, gazmoñxs y pudibundxs claman al unísono: ¡APOCALIPSIS!
El verdadero apocalipsis es el resultado de que, tanto por falta de información sobre sexo, como por falta de acceso a métodos anticonceptivos, miles y miles de adolescentes de 17, 16, 15, 14, 13, 12, salgan embarazadas y ni que hablar de los abortos o ETS y SIDA (lxs adolescentes tienen sexo, esa es una realidad incontrastable, y dado que los intentos por evitarlo o impedirlo han fracasado estrepitosamente, como mínimo el informarlos sobre métodos anticonceptivos y sexo seguro es, a todas luces, lo mas moral y sensato).
Es verdaderamente espeluznante y monstruoso que vivamos en una cultura, que considere que ignorar toda información sobre sexo sea una virtud entre los menores de edad y peor aún, que se considere la promoción de la ignorancia en materia sexual un bien social.
Al respecto, califica como promoción de la ignorancia, el que las iglesias cristianas se opongan a las campañas de información sobre métodos anticoncep-tivos entre las gentes con menores recursos económicos (precisamente el sector poblacional en el que se presentan el mayor numero de madres y padres adolescentes), y califica como promoción de la ignorancia, el que las autoridades y medios de comunicación se maravillen y sorprendan de que un niño ingles sea padre a los trece años (al final, una análisis de ADN demostró que no era padre, pero igual tuvo sexo a los doce), mientras que omiten e ignoran, a través del tiempo, que ello viene sucediendo en Latinoamérica, desde hace años, lustros, décadas, quincuagenas y centurias.
Se despide su amigo uranista.
Ho.
No entendí tu artículo es confuso... m
ResponderEliminarsetrata de alvertir alos adolesentes y que aiformas de nosalir embarazadas
Eliminarque chido es que te quieran aprevenir
EliminarHo,
ResponderEliminarfelicitaciones por la iniciativa bloggera, están súper tus reflexiones... más allá de que coincidamos o no, es enriquecedor leerte... con respecto a este post, el centralismo es característica de nuestra humanidad... lo que no se nombra no existe, la realidad de los márgenes es invisibilizada porque a las esferas del poder no les interesa que se dé relevancia lo que se genera a partir de lo hegemónico, es decir pobreza, insalubridad, desinformación sobre sexualidad, pobre acceso a la educación de calidad, no acceso a la justicia, etc.
Hola Alejandro A.:
ResponderEliminarMe disculpo por la demora en contestar, mas agradezco tu comentario.
No es que niegue la visión etnocéntrica de la sociedad y mucho menos el carácter discriminador y/o marginador que, hasta cierto punto, ostentan las instancias de poder. La entrega solo pretende señalar una de esas tantas formas en la que ciertas instancias de poder, ciertos medios en este caso, se muestran poco interesados en relevar aquello que no les resulta adecuado a sus intereses, la alienación masiva en este caso.
Saludos. Ho.
las mujeres deben cuidarce porque esto no es una broma
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