Queridas amistades:
Reciban mis saludos y mis mejores deseos.
Hay gente que por más “radical” que sea su discurso
materialista (socialista), sigue reverenciando a la religión. Se trata de gente
que ha vivido toda su vida en una sociedad, en donde lo más sagrado era la
religión. Por ello, pese a que pueda haber toneladas de argumentaciones y billones
de estudios que señalan el carácter negativo y hasta perjudicial de aquel
fenómeno social, siempre están dispuestos a considerar rasgos “positivos” de
las religiones. Para estas personas, lo negativo siempre será achacado a otras
instancias, a las iglesias, al clero, etcétera, pero la religión es buena,
inmaculada, santa.
1. Símbolos de la monarquía. |
Si estas personas vivieran en el siglo XVIII, serían
monárquicas. En la época de las revoluciones liberales, había innumerables ideólogos
y revolucionarios liberal burgueses, que si bien hablaban de igualdad,
ciudadanía y democracia, se decantaban por la monarquía. Claro está, habían
vivido toda su vida en una sociedad, en donde lo más sagrado era la monarquía. Por
ello, pese a todos los cuestionamientos y críticas que podían hacerse contra
esa institución feudal, siempre estaban dispuestos a considerar rasgos “positivos” de
la monarquía. Para estas personas, lo negativo siempre era achacado a otras
instancias, a la nobleza, a los reyes, etcétera, pero la monarquía siempre era
buena, adecuada, necesaria.
En la época de la revolución inglesa, que llevó al cadalso a
Carlos I (1649), uno de los padres del liberalismo era Hobbes, quien era
monárquico. Durante la revolución francesa, una de sus líderes más connotados, Honoré
Gabriel Riquetti, el conde de Mirabeau, era también monárquico. En la guerra de
independencia estadounidense, algunos militares, encabezados por Lewis Nicola,
comandante del Invalid Corps, le propusieron a George Washington tomar el
título de Rey. En Argentina, durante su proceso de independencia, el general
Belgrano se pronunció a favor de la monarquía. En Perú, San Martín propuso,
como forma de gobierno para el naciente país, una monarquía.
Para la primera mitad del siglo XIX, los proyectos
monárquicos de los liberales se multiplicaban. En el continente americano, Haití
se independiza bajo el mando de Jean Jacques Dessalines, quien se corona
emperador bajo el nombre de Jacques I. México alcanzó su independencia bajo la
forma de una monarquía, en la que Iturbide se coronó emperador con el nombre de
Agustín I. En Brasil, la independencia también se alcanzó bajo la fórmula de
una monarquía, encabezada por Pedro I. En el continente Europeo, Napoleón se
trajo abajo la república francesa y se coronó como emperador de los franceses,
mientras que algunos países que alcanzaron su independencia se erigieron en
monarquías. Bélgica bajo el cetro de Leopoldo I y Grecia bajo el mando de Otón
I.
Es innegable que en el presente hay aún monarquías. Cuéntese
26 en el mundo de 193 países. Felizmente la tierra fue heredada por los
republicanos, y hoy por hoy las monarquías son vistas como algo anacrónico.
Formas de gobierno obsoletas y antidemocráticas. En cuanto a la religión, felizmente
el mundo será heredado por los ateos e irreligiosos. Mas si bien en el futuro habrá
sociedades en donde sus poblaciones cuenten con mayorías religiosas, estas sociedades
serán vistas como algo anacrónico, como realidades sociales obsoletas y
antidemocráticas. Ya hay países en donde la religión está en franco retroceso y
el número de creyentes disminuye ostensiblemente. Naciones como Holanda,
Noruega, Suecia, Islandia o Nueva Zelanda siguen ese camino.
Es innegable que durante las revoluciones burguesas de los siglos XVII, XVIII y XIX, había, revolucionarios monárquicos y revolucionarios republicanistas. Y es innegable que en la revolución rusa, había revolucionarios religiosos (en gran numero entre la social democracia) y revolucionarios ateos e irreligiosos. Sin embargo, los principales "ideólogos" del pensamiento materialista, marxista y socialista, y sus principales lideres revolucionarios, fueron, en su gran mayoría, no solo ateos, sino también contrarios a la religión.
2. Religiones. |
Cito a Marx: “La miseria religiosa es a la vez la expresión
de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el
suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así
como el espíritu de una situación sin alma. Es el opio del pueblo. Se necesita
la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para
que pueda darse su felicidad real. La exigencia de renunciar a las ilusiones
sobre su condición es la exigencia de renunciar a una condición que necesita de
ilusiones. La crítica a la religión es, por tanto, en germen, la crítica del
valle de lágrimas, cuyo halo lo constituye la religión.” Contribución a la
Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel (1844).
Cito a Lenin: “La socialdemocracia basa toda su concepción
del mundo en el socialismo científico, es decir, en el marxismo. La base
filosófica del marxismo, como declararon repetidas veces Marx y Engels, es el
materialismo dialéctico, que hizo suyas plenamente las tradiciones históricas
del materialismo del siglo XVIII en Francia y de Feuerbach (primera mitad del
siglo XIX) en Alemania, del materialismo incondicionalmente ateo y decididamente
hostil a toda religión… La religión es el opio del pueblo. Esta máxima de Marx
constituye la piedra angular de toda la concepción marxista en la cuestión
religiosa. El marxismo considera siempre que todas las religiones e iglesias
modernas, todas y cada una de las organizaciones religiosas, son órganos de la
reacción burguesa llamados a defender la explotación y a embrutecer a la clase
obrera.” Actitud del partido obrero hacia la religión (1909).
Y aunque sé que recurrir a este personaje le provocará un
chucaque a muchos, me quedo con la cita siguiente: “Las relaciones en la
sociedad socialista o comunista, es decir, en el desarrollo más elevado de la
sociedad socialista, serán completamente transparentes y no requerirán métodos
auxiliares como el engaño, la mentira, la falsificación, la copia, la traición
y la perfidia. Sin embargo, todavía estamos muy lejos de eso. En nuestras
relaciones y moral todavía hay muchas mentiras enraizadas, tanto en la servidumbre
feudal como en el orden burgués. La expresión más alta de la ideología de la
servidumbre es la religión. Las relaciones en la sociedad feudal monarcal se
basaban en la tradición ciega y se elevaban al nivel del mito religioso.” León
Trotsky, Cultura y socialismo (1926).
Se despide su amigo uranista.
Ho Amat y León.
Imágenes.
1. Imagen tomada de: okdiario.com
2. Imagen tomada de: temukebangsaan.com